
Spanish below.
In Socio Vivienda II, a suburb of Guayaquil, Afro-Ecuadorian families face a form of forced displacement that does not cross borders, but rather invisible boundaries imposed by violence and exclusion. This community, marked by structural precariousness, has become the epicenter of military operations since the Ecuadorian state was declared to be in a state of “internal armed conflict” in 2023.
The armed forces storm these areas with interventions that disrupt life, conducting raids without warrants, making arbitrary arrests, and assaulting or disappearing adolescents. The families portrayed have been affected by both state violence and the presence of organized armed groups.
The result is a fracture of the family unit, with violence falling disproportionately on racialized bodies and historically marginalized communities. Added to this is economic precariousness that prevents families from relocating as a unit. Families are fragmented, with scattered children, single mothers, and broken bonds. The home ceases to be a refuge and becomes proof of social abandonment.
This essay seeks to highlight the family’s condition and the visible and invisible traces of forced uprooting. Through images that traverse territories, memories, and moments that trace a geography of the present marked by uncertainty and silent resistance.
Una forma de migración forzada ocurre dentro del mismo país, sin cruzar fronteras, pero atravesando líneas invisibles de exclusión, represión y desarraigo. En Socio Vivienda II, un barrio periférico de Guayaquil, familias afroecuatorianas son desplazadas por la violencia sistémica que enfrentan a diario.
Desde que Ecuador fue declarado en “conflicto armado interno” en 2023, la militarización se ha intensificado. Las fuerzas armadas irrumpen en zonas empobrecidas con operativos violentos: casas allanadas sin orden judicial, detenciones arbitrarias sin pruebas, adolescentes golpeados, humillados o desaparecidos. En todas las familias retratadas, al menos un miembro ha sido víctima de estas incursiones y por parte de las GDOs.
La violencia institucional recae desproporcionadamente sobre cuerpos racializados y comunidades históricamente marginadas. A esto se suma la precariedad económica que impide reubicarse como unidad familiar. Las familias se fragmentan: hijos dispersos, madres solas, vínculos rotos. El hogar deja de ser un refugio; se convierte en prueba del abandono structural.
Este ensayo traza una cartografía emocional del exilio interno. Una geografía del dolor que interpela el presente y denuncia que el derecho a un hogar digno sigue siendo, para muchos, una promesa incumplida.
Verónica Lombeida
veronicalombeidaphoto@gmail.com
+593 995163157
Ecuador
© All right reserved / Todos los derechos reservados.






